viernes, 9 de septiembre de 2011

¡Menudo marrón con el aloe!



En la maceta de aloe vera que me regaló Margarita, la secretaria de mi marido, brotaban cientos de esquejes. Emocionada, tomé mis guantes, maceteros, tierra... y los trasplanté para que crecieran y así dedicar un espacio del jardín a plantas medicinales ("Súper fashion", que diría mi amiga Fifí). Feliz con mi idea coloqué las plantas al sol para que creyeran que estaban en Lanzarote y se pusieran más lustrosas. Sin embargo, mi lógica de hortícola de iniciación fracasó. Al día siguiente las aloes se tornaron marrones y perdieron su verdor original. Grité asustada, sin entender cómo en cuestión de horas había masacrado y herido a mis plantas. Rápidamente contacté con mis amigos hortícolas virtuales que me aconsejaron qué debía hacer y llamé a Franklin Garden desesperada para contarle mi desgracia.
─Ay, Franklin, que las aloes se han puesto marrones, están horrorosas y no sé qué hacer. Por favor, ayúdame.
Al cabo de una hora apareció por casa, inspeccionó mi cultivo y empezó a interrogarme:
─¿Por qué las ha puesto al sol?
─Por lógica, estas plantas siempre las he visto en terrenos desérticos y llenos de luz. Supuse que era lo mejor para ellas.
─Se equivoca. ¿Las ha regado?
─Hace dos días. Creo que no necesitan mucha agua.
─Se equivoca. El aloe es una planta de sol, pero hay que tener en cuenta la humedad del ambiente. En Madrid el verano es criminal y el sol pega con todas sus fuerzas. Si desea recuperar sus aloes, póngalas a la sombra o en una zona sol y sombra, riéguelas cada dos días y tal vez, con un poco de suerte, pueda normalizarlas y recuperarlas.
Asentí como cuando era niña y me regañaban por un suspenso. Entre balbuceos intenté explicarle que no lo había hecho con mala intención, que creí que era lo mejor para ellas, pero un nudo en la garganta me impidió expresarme. 
─De todas formas, si no logra recuperarlas le traeré otros esquejes.
─Gracias, Franklin, pero yo quiero salvar las mías. Me las regaló una amiga y les tengo cariño.
La terapia "aloevérica" parece que va funcionando y percibo leves tonos verdes en sus hojas. Mientras, para crear un entorno más agradable para ellas he comprado algunos cactus. Eso sí, los tengo a la sombra. Ay, cuánto estrés me producen mis plantas.