lunes, 18 de junio de 2012

Una enlazada historia de amor

Un amor entrelazado

─¿En qué piensas?
─En una historia de amor.
─¿Secreta?
─No, pero emotiva.
─Cuenta, cuenta.
─Sus vidas estaban separadas. Vivían alejados el uno del otro, no mucho, pero lo justo para desearse y no tocarse. Un capricho del destino les acercó y lentamente se enlazaron, se ruborizaron al sentir sus roces, se retorcieron de placer y deseo... Hasta que los separé.
─¿Se separaron por tu culpa?
─En cierto modo... Debía hacerlo, Fifí.
─Pero si se amaban...
─Era un amor imposible, destructivo.
─¿Te metiste en medio de la pareja?
No, solo los distancie.
─¿Por qué?
─Para que crecieran y se desarrollaran.
─Pero juntos también lo harían.
─No, Fifí.
─¿Quiénes son ellos?
─¿Ellos?
─Claro, la pareja de la que me estás hablando.
─Es la historia de mis pepinos, que entrelazaron sus tallos y tuve que separarlos.
─Nena, cada día eres más tonta y no te insulto más porque aún es por la mañana. Ay, te prefiero en "fase cactus".

La flor del pepino


viernes, 15 de junio de 2012

Fase cactus

Mis amigos de mi fase cactus

Cada uno sabe cómo es. Hace tiempo que me harté de complacer a todo el mundo, caer bien a la mayoría de los mortales y ocultar mis pensamientos o mi forma de ser. Quien me quiera, que me quiera. Quien me odie, que me odie.
Estos pensamientos o quebraderos de cabeza tan serios se deben a que esta semana he estado en "fase cactus": antisocial, apagada, seca...
¿Por qué? Pues no lo sé, no tiene explicación, pero de vez en cuando necesito desconectar de Fifí, sus pijas-friends, mi marido, mis amigos... Del mundo en general y de nadie en particular.
─Nena, ¿qué te ocurre? ─ me whatsappea Fifí.
─Lo siento, estoy en fase cactus y antisocial. Hablamos la semana que viene
─Ay, nena, siempre con tus excentridades... En fin, esperaré a que vuelvas a la fase flor.
─Ok.
Pese a mi fase cactus, me encanta mimar a los que soportan mis cambios caóticos de humor con fantásticas cestas de frutas. ¡Hay que aprovechar esta época de melocotones, sandías, picotas, nectarinas...! Humm, sí, abandono mi fase cactus y me lanzo a los placeres frutales...

Las frutas de la perdición


lunes, 11 de junio de 2012

El robusto calabacín

Evolución del calabacín y la ensalada de "mi lechuga"

Mi cara refleja la felicidad. Resplandece bajo los rayos de sol que aterrizan sobre el jardín. Demasiada euforia.
─Nena, ¿por qué estás tan contenta?
─Ay, Fifí, no te imaginas lo grande que es, me tiene loca. Enorme.
─Cuenta, cuenta...
─Su forma es perfecta, robusto, duro...
─Sigue, sigue...
─Grande, pero en su justa medida...
─¿De quién es?
─Mío, solo mío.
─No seas tan acaparadora.
─Es que me ha costado mucho conseguirlo.
 ─Querida, ¿a quién pertenece ese gran miembro masculino?
─Mmm... No te entiendo...
─Robusto, grande, perfecto, duro...
─¡El calabacín, Fifí, el calabacín! Está que se sale... Vente mañana a comer, que te vas a chupar los dedos con mi gran calabacín... Y de primero, lechuga del huerto.
─Nena, cada día estás peor.