lunes, 18 de junio de 2012

Una enlazada historia de amor

Un amor entrelazado

─¿En qué piensas?
─En una historia de amor.
─¿Secreta?
─No, pero emotiva.
─Cuenta, cuenta.
─Sus vidas estaban separadas. Vivían alejados el uno del otro, no mucho, pero lo justo para desearse y no tocarse. Un capricho del destino les acercó y lentamente se enlazaron, se ruborizaron al sentir sus roces, se retorcieron de placer y deseo... Hasta que los separé.
─¿Se separaron por tu culpa?
─En cierto modo... Debía hacerlo, Fifí.
─Pero si se amaban...
─Era un amor imposible, destructivo.
─¿Te metiste en medio de la pareja?
No, solo los distancie.
─¿Por qué?
─Para que crecieran y se desarrollaran.
─Pero juntos también lo harían.
─No, Fifí.
─¿Quiénes son ellos?
─¿Ellos?
─Claro, la pareja de la que me estás hablando.
─Es la historia de mis pepinos, que entrelazaron sus tallos y tuve que separarlos.
─Nena, cada día eres más tonta y no te insulto más porque aún es por la mañana. Ay, te prefiero en "fase cactus".

La flor del pepino


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