lunes, 12 de marzo de 2012

La flor del cactus de la Navidad

La flor de la Schlumbergera truncatus

En febrero-marzo, los meses que mi cuerpo sufre con resignación los estragos alérgicos, opto por andar por casa  como una cegata hasta que mi ser se reconstruye: retiro las legañas que aprisionan mis pestañas, me sueno como si fuera un elefante en mitad de la sabana intentando espantar a un leopardo, me lavo la cara para eliminar la babilla seca que al dormir se ha aposentado en las comisuras de mis labios y estornudo con tal potencia que despierto a cualquier pajarillo que dormite en el jardín. Después de desayunar mi arsenal anti-alérgico me pongo las gafas y enfoco la vida.
Esta mañana el cactus de Navidad que me regaló una "estrella en la tierra"  ha amanecido con sus flores abiertas: una explosión de magenta, alegría e ilusión que ha logrado que por un instante mis males alérgicos se bloquearan con mi gran sonrisa. ¡Mil gracias!

El cactus de Navidad


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