miércoles, 30 de mayo de 2012

Invasión de extraterrestres en mi jardín


─Como no vengas el sábado a la "Spring  Party" dejo de hablarte hasta después de verano ─me amenazó con su voz engolada mi adorada Fifí─ ¡Y quién avisa no es traidor!
La amenaza era sugerente. ¿Sería cierto que mi ausencia provocaría su mutismo hasta septiembre? Mi tentación de no acudir a la "súper fiesta" se multiplicó por mil al saber que debía ir disfrazada al estilo años 70. Opté por ir aunque antes, para relajar mi ira, solté unas cuantas palabrotas frente a los brotes de tomate con tal fuerza que sus pequeñas hojas casi salen volando.
Rebusqué por el armario y encontré un vestido estilo ibicenco que adorné con collares. El maquillaje, unas margaritas de plástico del chino y unas alpargatas con alzas hicieron el resto. 
Como es habitual al llegar a la fiesta Fifí me fusiló con la mirada.
─Ay, nena, te podías haber esmerado más con el disfraz...
Ella iba embutida en unos pantalones verde fosforito, corsé fucsia que elevaba sus pechos siliconados casi hasta el cuello, unas alas de plumas de pavo real, unas plataformas doradas y, sobre su cabeza, unas antenas psicodélicas.
─¡Fifí! ─exclamé con voz perpleja.
─¿Verdad que es ideal?
En ese momento paso un camarero junto a mí, tomé un vaso de mojito, me senté y me quedé ojiplática ante el espectáculo que desfilaba por el salón. No sabía si estaba en una fiesta de los años 70 o en una reunión de extraterrestres.
Por efecto de los mojitos y el humo de los porros ("¡muy años 70!", exclamó Fifí entre calada y calada), llegué a casa embriagada de alcohol, con la voz pastosa y una risa incontrolable.
Salí al jardín para despejar mi borrachera y descubrí un fruto verde que brotaba de una de mis plantas. Intenté centrar la vista. Verde, alargado, con un sobrero amarillo... ¿Será un extraterrestre que quiere conquistar mi jardín? Me apoyé sobre la mesa y contemplé con un poco de miedo como los huevos-extraterrestres habían invadido mis macetas.
─¡Fifí! ¡Mi casa está invadida de huevos-extraterrestres verdes como en la película "Cocoon"! ─le grité desesperada por el móvil.
─Nena, métete en la cama que me parece que a el "efecto mojito" y los años 70 no te han sentado nada bien.
A la mañana siguiente no me atrevía a salir de casa. ¿Habrá desembarcado la nave alienígena en mi césped?, ¿estarán chapoteando los extraterrestres en mi piscina? Abrí temblorosa la puerta y descubrí que... ¡los frutos verdes con capuchón amarillo son mis calabacines! ¡Ay, cuánta ilusión! ¡Ay, qué mal estoy!







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